14.10.12

El pequeño mundo

Historia fantástica
Edgar Iván Olivares Mota

Todo comenzó como un día tranquilo y normal, era inicio de semana y como siempre esperaba todo lo rutinario del día, caminar por las mismas calles donde caminó, saludar a las Señora Ramirez, etc.
Por una rara sensación me metí a un callejón por el cual jamas había visto, se veía tan cotidiano y normal como el día pero durante el camino empecé a escuchar voces que decían "gran amo", cada vez se hacia mas fuerte y con mas constancia, lo oía venir de una caja de cartón al final de la calle, me acerque y observe como una pequeña ciudad con muchos y pequeños seres de gran peculiaridad; naranjas, con botitas y un rostro tan llamativo y lindo que no podrías dejar de observarlos y consentirlos. Tanto me cautivaron que me regrese a mi casa con ellos.
Pasaron los días y cada vez me obsesionaba mas con ellos, les daba todos los cuidados y todo el cariño posible, aprendía como vivían y como se relacionaban y ellos a su vez me agradecían con aplausos, canciones que componían para mi y toda su devoción total, me gustaba que lo hicieran.
Los primeros días me parecieron inolvidables pero poco a poco se empezó a tornar una carga para mi, mas que disfrutar se volvió una obligación y empece a maquinar cosas en mi cabeza como la forma de deshacerme de ellos, destruirlos o cualquier cosa que me quitara esta carga!
Pronto entendí que ellos no tenían la culpa, ya que su naturaleza era depender siempre de alguien para su supervivencia, y reconocí que al recogerlos tenia una nueva carga... ¡una nueva responsabilidad!
Es bueno sentirse con derecho a muchas cosas como poder gobernar a alguien de quien depende de ti mismo pero a la vez hay cargas que no podemos solucionar.
Llego el punto en que no los aguante mas y para no tomar la decisión incorrecta, únicamente los deje donde me los encontré. Al día siguiente proseguí con mi vida cotidiana y normal.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Proyecto de Luis Ricardo Ramos Hernández y estudiantes.

Proyecto de Luis Ricardo Ramos Hernández y estudiantes.

Muy leído